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1843
Habiendo nacido con muy particulares disposiciones para las cienciasnaturales, debo á los consejos y á las doctas lecciones de un padre,cuyo nombre es digna y honrosamente conocido entre los sabios, eltemprano desarrollo de ese instinto poderoso que al estudio de ellas meimpulsaba. Vine por último á París, en donde, fiel á mi vocacion, pudeseguir estos mis estudios predilectos de una manera mas especial,procurando iluminar mi inteligencia y beber la instruccion en estafuente, verdadero emporio de las luces y del saber. En 1825 presenté ála Academia de ciencias mi primer ensayo, el cual fué muy favorablementeacogido, mereciendo la aprobacion del Instituto, como él lo manifestó ensu informe.
Tuvo á bien mi gobierno elegirme, en el mismo año, para efectuar por laAmérica meridional un viage de exploracion, que fuese útil á lasciencias naturales y á sus numerosas aplicaciones. Semejante propuestadespertó en mí la aficion por correr mundo, al mismo tiempo que me llenóde regocijo; mas este fué mi luego moderado por el convencimiento en queyo estaba, de que aun no habia llegado mi instruccion á la sazon debida,para poder llenar, tan dignamente como convenia á mis ambiciososanhelos, una mision de esta naturaleza. Queria pues dedicarme al trabajopor algunos años mas, con el fin de obtener, á lo ménos en parte, losdiversos conocimientos absolutamente indispensables para el viagero, quedesea examinar y dar á conocer un pais bajo todos aspectos.
Nombrado formalmente á fines del citado año de 1825, tuve que activarmis tareas para hacerme acreedor á tan honrosa prueba de confianza,siendo ciertamente mi cargo tanto mas difícil de llenar, cuanto queyo no contaba entónces sinó veintitres años. Por otra parte, la solaidea de recorrer la América bajo tan lisonjeros auspicios me alhagabasobremanera, y encendia mi ardiente imaginacion, ofreciéndome deantemano mil cuadros á cuales mas seductores. Merced á los benévolosconsejos de los señores Cuvier, Brongniart, Cordier, Isidoro GeoffroySaint-Hilaire, y del célebre viagero baron de Humboldt, me fué dadoentrever cual seria el circulo de mis investigaciones. Las cienciasnaturales eran el objeto principal; mas considerando como complementoindispensable la geografía, la etnología y la historia, me propuse nodesechar nada, cuando estuviese en aquellos lugares, para traer conmigoel tesoro mas completo de materiales relativos á estos ramos importantesde los conocimientos humanos.
El 29 de julio de 1826 me embarqué en Brest á bordo de la Meuse,fragata del Estado, y dí principio á mi peregrinacion trasatlántica.Hice escala en las Canarias, en donde durante algunos dias pudeestudiar, á la vista del famoso pico de Teide, las producciones de laisla de Tenerife, así como sus crestas desgarradas. Dos meses despuesdivisábamos las costas del Brasil, y un ambiente embalsamado con elperfume de mil flores llegaba ya hasta mi, haciéndome gustar inefables