Consideraciones


CONSIDERACIONES

SOBRE EL ORIGEN DEL

NOMBRE DE LOS NÚMEROS EN TAGALOG

POR

Don T. H. Pardo de Tavera

Doctor en Medicina, Alumno diplomado de la Escuela de lenguas Orientales de París, Comisionado científico de S. M., Delegado general de la Société Académique Indo-Chinoise, Miembro fundador corres. de la Sociedad Española de Higiene, Socio de la Antropológica de Berlín y de las Económicas de Filipinas y de Cádiz, Laureado de la Real Academia de Medicina de Madrid, Caballero de la Real órden de Cárlos III, Comendador de la de Cristo de Portugal, etc., etc.


—(Publicado en "La España Oriental")—

MANILA

Tipo-Litografía de Chofré y C.ª
Escolta, num. 33

1889




A la memoria de mi sabio maestro
El Abate P. Favre,
Misionero apostólico en Malasia,
Profesor de Malayo y Javanés en la Escuela de lenguas
Orientales de París, Caballero de la Legión de Honor,
Oficial de Academia, etc. etc.

T. H. P. de T.




CONSIDERACIONES SOBRE EL ORIGEN DEL NOMBRE DE LOS NÚMEROS EN TAGALOG

I

La idea que me guia al emprender este pequeño estudio, es no solo buscar de que lengua le viene al tagalog el nombre de los números, sino averiguar también, en lo posible, el significado primitivo de las palabras que hoy día significan sola y exclusivamente una cifra. Estamos acostumbrados á contar desde nuestros primeros años y no nos hacemos cargo que eso que nos parece tan natural es, en la historia de las razas humanas, un problema resuelto y un paso más en su civilización progresiva. El hombre, sea cualquiera su raza, ha empezado á contar siguiendo el mismo procedimiento: comparando la cantidad, el número que deseaba expresar, con cosas conocidas en las cuales, la forma ó sus divisiones naturales servian, por ser punto de coincidencia único entre ambos, para fijar la atención y señalar la cantidad: lo mismo se hizo para medir. Hoy sabemos cual es la cosa que, por comparación, da su nombre á determinadas medidas; pero si llegara á perderse el significado primitivo, supondriamos que, palmo, pié, pulgada, eran palabras creadas de primera, intención para significar determinadas longitudes. Esto ocurre con nuestra numeración: uno, dos, tres, etc., etc. solo despiertan en nuestraPágina 8 inteligencia la idea de cifras, porque hemos encontrado en nuestra lengua estas palabras con ese solo sentido, no teniendo conocimiento ni remota idea del proceso seguido para que cada una de esas voces, venidas de otras que en un día representaban un objeto, llegara poco á poco á perder aquella primitiva significación hasta tener solo la de número.

Si queremos que un niño nos comprenda, no le decimos "te daré cinco naranjas" sino que poniendo los cinco dedos de una mano ante sus ojos, ó colocando cinco piedras á su vista, le diremos: "mira, así te daré de naranjas". El niño comprenderá, porque habrá visto el número cinco.

Entre las centenares de lenguas nacidas del Gran polinesiano, conocidas hoy día por el nombre de lenguas malayo-polinesianas, las semejanzas de sonidos, de gramáticas y de vocabularios son grandes y la numeración, naturalmente, es l

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